CASA DE GALICIA
MADRID


Casado de Alisal, 8 - 28014 Madrid

Senderos del Pindo


Del 2 al 30 de octubre de 2007

Habitantes del vergel
Óleo sobre tabla
70 x 55 cm.

 

A escultura e a pintura son os territorios plásticos nos que se move Julio Sanjurjo. Deambula dun ao outro con toda naturalidade. O feito de que sexa a escultura o seu primeiro ámbito de creatividade estética sinala xa algo sobre a súa obra pictórica, que resulta recia, concebida coa solidez de quen argumenta a partir de composicións ben estructuradas e, no seu caso, académicamente correctas. Desde tales opcións de principio concibe un mundo real que ten moito de soñado.

O estilo que co tempo foi configurando, aporta o demais ao resultado final. Porque Julio Sanjurjo é un autor xa feito, que pinta paisaxes, bodegóns, emocións… En definitiva, recrea o mundo propio, nunha exposición como esta, a través da graza das cores e da posta en valor das súas propias sensacións. Ou dito doutra maneira, aquilo que nos quere contar, desde o exercicio da creatividade propia, ten un ton particular no que o autor nos mostra un certo toque íntimo, que distingue a súa obra.

E é que, curiosamente, Julio Sanjurjo parece amosarnos, desde as súas pinturas, a emoción que lle produce a paisaxe ou, se se quere, o sentimento, co que acomete o seu labor sen deixar, ao tempo, de distanciarse –ou distanciarnos- do imaxinado.

Móvese Sanjurjo no dilema de presentarnos ou ben, espazos únicos –nos que, moitas veces, unha natureza, apenas relacionada co humano, é protagonista- ou ben, sumas de escenas de condición similar, que poden ser consideradas desde opcións cromáticas diversas, que lle outorgan ao resultado final un certo valor de pluralidade, ou, se se quere, de condición totalizadora, semellante á dos retablos de outrora, contadores de historias de variada e complementaria temática, naquel caso de condición relixiosa.

Do que trata Sanxurxo é do primario, do que a natureza e o home son por si mesmos: vida e tempo, sumados nesa peculiaridade que os fai, se se quere, primarios, afastados de calquera característica cultural particular, para asumir unha certa condición de universalidade, válida, polo tanto, para calquera contexto social, con independencia da raíz cultural á que poida corresponder.

Os artistas de finais do XX e principios do século XXI que se moven no mundo da figuración han de responder, coa súa obra, a un mundo que tende á globalización e que busca, por outra parte, puntos de encontro entre mentalidades diferentes. En certo modo Sanjurjo áchase nese camiño e outórgalle, coa súa aportación estética, e co indubidable talento, unha resposta a tal
conxuntura.

José Manuel García Iglesias




La escultura y la pintura son los territorios plásticos en los que se mueve Julio Sanjurjo. Deambula de uno al otro con toda naturalidad. El hecho de que sea la escultura su primer ámbito de creatividad estética señala ya algo sobre su obra pictórica, que resulta recia, concebida con la solidez de quien argumenta a partir de composiciones bien estructuradas y, en su caso, académicamente correctas. Desde tales opciones de principio concibe un mundo real que tiene mucho de soñado.

El estilo que con el tiempo ha ido configurando, aporta lo demás al resultado final. Porque Julio Sanjurjo es un autor ya hecho, que pinta paisajes, bodegones, emociones… En definitiva, recrea el mundo propio, en una exposición como ésta, a través de la gracia de los colores y de la puesta en valor de sus propias sensaciones. O dicho de otra manera, aquello que nos quiere contar, desde el ejercicio de la creatividad propia, tiene un tono particular en el que el autor nos muestra un cierto toque íntimo, que distingue su obra.

Y es que, curiosamente, Julio Sanjurjo parece mostrarnos, desde sus pinturas, la emoción que le produce el paisaje o, si se quiere, el sentimiento, con el que acomete su labor sin dejar, al tiempo, de distanciarse -o distanciarnos- de lo imaginado.

Se mueve Sanjurjo en el dilema de presentarnos o bien, espacios únicos - en los que, muchas veces, una naturaleza, apenas relacionada con lo humano, es protagonista -, o bien, sumas de escenas de condición similar, que pueden ser consideradas desde opciones cromáticas diversas, que le otorgan al resultado final un cierto valor de pluralidad, o, si se quiere, de condición totalizadora, semejante a la de los retablos de otrora, contadores de historias de variada y complementaria temática, en aquel caso de condición religiosa.

De lo que trata Sanjurjo es de lo primario, de lo que la naturaleza y el hombre son por sí mismos: vida y tiempo, sumados en esa peculiaridad que los hace, si se quiere, primarios, alejados de cualquier característica cultural particular, para asumir una cierta condición de universalidad, válida, por lo tanto, para cualquier contexto social, con independencia de la raíz cultural a la que pueda corresponder.

Los artistas de finales del XX y principios del siglo XXI que se mueven en el mundo de la figuración han de responder, con su obra, a un mundo que tiende a la globalización y que busca, por otra parte, puntos de encuentro entre mentalidades diferentes. En cierto modo Sanjurjo se halla en ese camino y le otorga, con su aportación estética, y con indudable talento, una respuesta a tal coyuntura.

José Manuel García Iglesias

 

   
 Cinco amigos
Óleo sobre tabla
(85 x 160 cm.)
 Bosque
Óleo sobre tabla
(85 x 160 cm.)
   
Camino al Pindo
Óleo sobre tabla
(65 x 200 cm.)
Dentro del bosque
Óleo sobre tabla
(150 x 200 cm.)
   
En Carnota picada
Óleo sobre tabla
(45 x 170 cm.)
Paseo por la paya
Óleo sobre tabla
(25 x 120 cm.)
   
Encontro / Encuentro
Óleo sobre tabla
(100 x 170 cm.)
El vergel
Óleo sobre tabla
(100 x 100 cm.)
   


Habitantes tranquilos
Óleo sobre tabla
(65 x 150 cm.)


Habitat
Óleo sobre tabla
(65 x 150 cm.)



 



Edita Textos Fotografía color
Fotografía b/n Maqueta y Portada
Producción Gráfica
XUNTA DE GALICIA
Casa de Galicia en Madrid
José Manuel García Iglesias Raúl Vázquez
Xurso Gómez Chao Diamante Artes Gráficas
Diamante Artes Gráficas
Depósito Legal: M--2007